La nueva palmera ya luce en la plaza Quintero Báez. A primera hora de la mañana, los técnicos municipales de Parques y Jardines han procedido a la plantación de un ejemplar de casi cuatro metros y 35 años de vida traída desde un vivero Elche. Se trata de una palmera datilera macho de la misma especie de la recordada palmera que dio nombre de forma popular al espacio. Su ubicación se ha realizado en el mismo lugar de la existente anteriormente. Tanto las dimensiones como la edad corresponden a criterios técnicos para garantizar su perfecto arraigo.

Como ha explicado la concejala de Infraestructuras y Servicios Públicos, Mariló Ponce, “hemos cumplido nuestro compromiso de devolver la icónica imagen de la palmera en Quintero Báez antes de Semana Santa. No se trata de reponer algo que es irremplazable, sino de mantener vivo el recuerdo del icónico ejemplar, plantando una nueva palmera, en el mismo lugar, como primer paso para el conjunto escultórico previsto, que incluirá además un monumento a modo de homenaje”. La icónica palmera de Quintero Báez sufrió graves daños como consecuencia del temporal Bernard, lo que provocó que los técnicos municipales recomendasen su retirada por el riesgo inminente de caída sobre una zona con alto tránsito diario de personas.

De esta forma, se recupera para Semana Santa el parterre hasta ahora vacío, con la intención de embellecer un espacio que se remodelará completamente con las obras de peatonalización de las calles Puerto y La Fuente, para unir todo el espacio peatonal, eliminando obstáculos, desniveles y escaleras e integrando el conjunto escultórico que resulte del concurso de ideas para seleccionar el monumento conmemorativo donado por el Colegio de Enfermería de Huelva. Un concurso cuyas bases incluirán la necesidad de compatibilizar la obra con el ejemplar natural y su integración en el nuevo espacio.

Los trabajos para la plantación del nuevo ejemplar han comenzado esta madrugada para aprovechar las horas de menor tránsito de vehículos con su traslado desde el vivero municipal. Se trata de una palmera de la misma especie y género que la centenaria, datilera y masculina para que no produzca frutos. Tiene 3.90 metros de altura en el estípite o tronco, más allá de la copa, donde se forman las palmas. Si el nuevo ejemplar se adapta bien, podría alcanzar un crecimiento medio de un metro al año, pero la altura ha estado condicionada por la necesidad de favorecer su capacidad de arraigo. Para conseguirlo, se han tomado todas las medidas al alcance, como sistemas naturales para la desinfección del suelo, el drenaje, riego y aireo.

Además, se ha apostado por un sobre enterramiento, en previsión de que fuera necesario eliminar en el nuevo proyecto el parterre elevado en forma de banco que existe actualmente. En cuanto al sustrato, aunque la palmera datilera prospera en casi cualquier tipo de suelo, se ha apostado por un suelo arenoso, que es lo más habitual, cubierto en superficie con tierra vegetal, donde se plantarán plantas vivaces del tipo ‘ave del Paraíso’ que comparte origen con la palmera datilera.