Las instituciones y la ciudadanía de la provincia de Huelva se han unido hoy, 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer, para manifestar el absoluto rechazo y condena a la violencia de género.

La Diputación, la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Huelva han respaldado la convocatoria en un día “para mirar de frente una realidad que duele, para recordar a todas las mujeres que han perdido la vida a causa de la violencia”, junto a numerosas asociaciones, como Caminar, Colega y Mujeres gitanas, así como IES de la capital han participado en el acto, en el que se ha guardado un minuto de silencio por las mujeres asesinadas.

Durante el acto, la alcaldesa de Huelva, Pilar Miranda, ha expresado la “condena absoluta y sin matices a todas las formas de violencia que sufren las mujeres, porque cada agresión, cada silencio forzado y cada vida arrebatada representan una injusticia intolerable”. La alcaldesa ha recordado que ya son 38 las mujeres a las que la violencia de género ha arrancado la vida, “y no podemos olvidar que cada víctima tenía un nombre, una historia y un futuro roto injustamente, por lo que como sociedad no hay que resignarse y por eso es importante trabajar unidos desde la serenidad, el rigor y el diálogo para que ninguna mujer vuelva a perder la vida a causa de la violencia de género”.

En este sentido, David Toscano, presidente de la Diputación Provincial ha insistido en que “no son cifras: son familias rotas, proyectos truncados y vacíos que no se llenan nunca. A todas ellas, y a sus familias, hijos e hijas, les dedicamos nuestro primer pensamiento”, ha asegurado David Toscano, subrayando con claridad un compromiso: “Diputación, Junta de Andalucía y Ayuntamiento de Huelva, unidos en un mensaje: la violencia contra las mujeres es inaceptable y la igualdad es irrenunciable”. La campaña consensuada entre todas las Diputaciones andaluzas para este 25N pone el acento “en que nuestros jóvenes necesitan acompañamiento. Internet está lleno de mensajes que confunden, enfrentan y banalizan la desigualdad. No podemos dejarles solos, necesitan adultos que escuchen, orienten y expliquen”.

Para Toscano, “la igualdad no divide, la igualdad une. Hace nuestra sociedad más justa, más segura y más libre”. Por eso, añade, “hoy pedimos algo sencillo y poderoso: no mirar hacia otro lado. Cada gesto cuenta, cada conversación importa, cada persona puede marcar la diferencia”.

El delegado del Gobierno, José Manuel Correa, ha puesto en valor “la unidad de todas las administraciones, representada en este acto, para poner fin a esta barbarie” y ha reclamado a los entornos de las víctimas “que estén atentos a cualquier indicio o amenaza que pueda indicar que nuestra madre, hermana, hija o amiga pueda estar en peligro, especialmente en aquellas mujeres que presentan una mayor vulnerabilidad”.

Correa ha recordado que “Andalucía cuenta con un teléfono de atención a las mujeres, la línea 900 200 999, que es un recurso gratuito y permanente, disponible durante las 24 horas, todos los días del año, anónimo, confidencial y atendido por un equipo humano formado en Psicología, Derecho y Trabajo Social. De esta forma, permite resolver de manera inmediata dudas y problemas diversos, además gestiona el acogimiento de las víctimas en la red de centros de acogida para víctimas de esta violencia de la Junta de Andalucía”.

En el acto, la diputada de Igualdad, Mar Martín Florido; la teniente de alcaldesa del Ayuntamiento de Huelva, Adela de Mora; y la coordinadora del Instituto Andaluz de la Mujer en Huelva, Laura Sánchez, han dado a conocer la campaña de sus respectivas administraciones. La voz de Rosam, acompañada por la guitarra de Javier Calderón, ha sido altavoz “de todas las mujeres que ya no pueden hablar y también de una sociedad que quiere avanzar unida, en paz y en igualdad”.

Manifiesto completo

En 2025 se cumplen treinta años de la Declaración y Plataforma de Acción de Pekín, adoptada en 1995 durante la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer. La Plataforma ya identifico la violencia contra las mujeres como una de las áreas de especial preocupación que requería una acción inmediata y sostenida. Más de 25 años después de la proclamación por la Asamblea General de Naciones Unidas del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, la violencia de género continúa siendo una de las violaciones de derechos humanos más extendidas del mundo a pesar de todos los avances sociales y legislativos, y, también, de una mayor sensibilización y conciencia de la ciudadanía.

La violencia contra las mujeres y las niñas sigue siendo una de las violaciones de los derechos humanos más extendidas y generalizadas del mundo. Se calcula que, a nivel global, casi una de cada tres mujeres han sido víctimas de violencia física y/o sexual al menos una vez en su vida. En lo que va de 2025, los asesinatos por violencia de género se han cobrado ya la vida de 38 mujeres, 12 de ellas en Andalucía, la comunidad con mayor número de mujeres asesinadas, y de estas 12, en nuestra provincia, Huelva 2.

Un año más, las administraciones públicas nos unimos a esta conmemoración contra la violencia de género, mostrando nuestra solidaridad con todas las víctimas. Compartimos su dolor y combatimos su causa y la de sus familias. Desde las administraciones debemos reforzar nuestra mirada sensible al género, debemos aunar esfuerzos para poder paliar el daño real causado en las vidas de las mujeres y las niñas a todos los niveles, como consecuencia de la violencia de género.

En este 25 de noviembre declarado como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, las administraciones debemos jugar un papel fundamental, aglutinando y cohesionando, alzando nuestras voces desde el compromiso y la cooperación de las instituciones para expresar lo siguiente: Cuando se maltrata a una mujer, se maltrata a toda la sociedad. El agresor debe saber que no encontrará nunca complicidad por sus actos.

 La violencia contra las mujeres es la máxima expresión de la desigualdad. Combatirla desde su origen, educando en igualdad, es la mejor herramienta para su erradicación. La lucha contra la violencia de género interpela a toda la sociedad. Tenemos la responsabilidad conjunta de enfrentar a los maltratadores y provocar el rechazo de toda la sociedad a la violencia y a los que la ejercen.

La labor de los gobiernos y de las instituciones es reforzar todos los mecanismos de prevención, atención, apoyo y protección a las mujeres víctimas. La violencia de género continúa destrozando las vidas de numerosas mujeres y sus hijas e hijos bajo sus distintas manifestaciones. Una de las más preocupantes es la ciberviolencia que afecta, especialmente, a mujeres adolescentes y jóvenes.

Bajo esta preocupación, las administraciones estamos desplegando importantes esfuerzos en materia de sensibilización contra la violencia de género destinados a adolescentes y jóvenes en Andalucía, donde la campaña de comunicación #RedFlagChallenge los invita a detectar señales de alerta y reflexionar sobre gestos cotidianos que se esconden tras la violencia.

Todas las formas de violencia se adaptan a los tiempos y la violencia de género busca nuevas fórmulas para seguir perpetuándose. Así nos lo muestra este año la campaña institucional de la Junta de Andalucía No niegues, no normalices, no disculpes, que contrapone las violencias más evidentes con otras que pueden pasar inadvertidas. Debemos destacar el incremento de la violencia digital, que afecta de manera especialmente grave a la juventud y por ello constituye uno de los retos más urgentes de nuestra sociedad.

Un 44,1% de los hombres en España está de acuerdo con que “se ha llegado tan lejos en la promoción de la igualdad que ahora se discrimina a los hombres”, cifra que asciende al 52% entre los jóvenes de 16 a 24 años.

Esta percepción distorsionada de la realidad, alimentada por influencers y gurús digitales, está creando una generación de jóvenes que niega la existencia de la violencia de género y percibe el feminismo como una amenaza. La deriva negacionista no solo resulta alarmante, sino que constituye una amenaza grave: socava el consenso social e institucional sobre la violencia de género, desprotege a las víctimas, refuerza a los agresores y amenaza con una regresión de derechos que creíamos consolidados. Nos enfrentamos, además, a un desafío que no podemos ignorar: el crecimiento de una cultura digital tóxica que está moldeando las mentes de jóvenes y adolescentes.

La denominada "manosfera" — conjunto de espacios digitales donde se difunden ideas antifeministas y misóginas— se ha convertido en un ecosistema que normaliza la violencia hacia las mujeres y atrae a los más jóvenes con discursos que banalizan los avances en igualdad, fomentando, además, entornos de radicalización emocional y aislamiento. Muchos chicos, desorientados ante los cambios sociales, encuentran una falsa comunidad articulada en torno a la victimización masculina, el odio y la desinformación.

Debemos visibilizar la manosfera y su influencia tóxica, con campañas como las de las 8 diputaciones andaluzas, que muestren sus mecanismos de captación y manipulación, dotando a profesionales y familias de herramientas para identificar, prevenir y contrarrestar sus efectos en adolescentes y jóvenes. La violencia hacia las mujeres se tiene que evitar. La violencia digital no es inofensiva.

La captación digital de jóvenes y adolescentes es un grave problema. La responsabilidad es colectiva. Es hora de actuar con la urgencia que requiere este contexto, protegiendo tanto a las víctimas actuales como a las futuras generaciones de mujeres y hombres que merecen crecer en un mundo libre de violencia de género, también en el espacio digital.

En este punto, es imprescindible la unión de todas las instituciones y el conjunto de la sociedad en el esfuerzo para transformar las estructuras que perpetúan el machismo y la desigualdad, con una necesaria y firme implicación de los varones, si queremos poner fin a la violencia de género. Los grandes cambios sociales se forjan desde la educación.

La educación en igualdad desde edades tempranas es una herramienta poderosa para eliminar la violencia machista y, en ella, participamos familias, docentes y, con nuestro ejemplo diario, todas y todos.

En los esfuerzos para la erradicación de la violencia contra las mujeres hay tres palabras clave: todas y todos. Sólo desde la fuerza de la unidad de todas y todos se podrá alcanzar el final de esta lacra execrable. Nadie puede ni debe quedar al margen del esfuerzo colectivo. El final de la violencia machista será la mayor conquista social compartida por mujeres y hombres. Hoy estamos más cerca y mejor preparados para ello que ayer y lo conseguiremos con el compromiso de todas y todos. ¡Aunemos nuestras fuerzas y luchemos para erradicar la violencia contra las mujeres!