El Ayuntamiento de Huelva, a través de las concejalías de Servicios Sociales, Familia y Accesibilidad y de Seguridad Ciudadana, ha llevado a cabo una campaña de información a los comerciantes de la capital, al objeto de concienciarlos sobre su responsabilidad en la venta de alcohol y de vapeadores a menores.

Al respecto, el concejal de Servicios Sociales, Familia y Accesibilidad, José Manuel Moreno, ha explicado que esta iniciativa, enmarcada en el programa Menores 0’0 y en el Plan Municipal de Adicciones y Seguridad Ciudadana, se centra especialmente en las tiendas de desavío, así como en las 24 horas y las tipo bazar. “Nuestra intención es sensibilizar a estos comerciantes sobre la importancia de involucrarse en la lucha contra las adicciones en las edades más tempranas, creando una red de comercios en nuestra ciudad que se adhieran y apoyen este programa”.

Por su parte, la concejala de Movilidad y Seguridad Ciudadana, Milagros Rodríguez, ha informado que durante tres días agentes de la Policía Local y profesionales de los Servicios Sociales han visitado distintos puntos de venta todas las barriadas de la capital, informando a los comerciantes sobre la legislación en esta materia y sobre los peligros y riesgos del consumo de alcohol y tabaco en los menores.

Según la concejal, “fruto de estas visitas hemos conseguido que un total de 56 establecimientos en diferentes zonas de la capital se sumen a la campaña Menores 0’0, colocando en sus puertas y escaparate un cartel en el que se indica “No vendemos alcohol a menores. Aquí se pide el DNI”.

A través del Plan de Adicciones, el Ayuntamiento capitalino trabaja todo el año para evitar el consumo de alcohol entre la población más joven, ya que es el causante de la mayoría de las urgencias hospitalarias asociadas a drogas en menores y está aumentando de forma muy preocupante en las chicas.

Según el último estudio desarrollado por el Plan Nacional Sobre Drogas en Enseñanzas Secundarias “ESTUDES “, las sustancias más consumidas son el alcohol y el tabaco, más extendidas aún entre las mujeres. El estudio también constata que, en el caso del consumo de alcohol, los menores no perciben, al ser una sustancia aceptada y normalizada en nuestra cultura, el riesgo que este consumo supone en un organismo que está en pleno desarrollo madurativo y sus efectos en la memoria y el aprendizaje.